La boda de Ali y Albert empezó con todos mirando al cielo. El pronóstico era de lluvia pero los novios estaban «aparentemente» tranquilos y sabiendo que todo saldría bien. Y la realidad es que disfrutaron de su gran día y estas fotos pueden demostrarlo. La tensa calma de las primeras horas fue dejando paso a la felicidad de Ali y Albert, de sus familias y amigos. Finalmente la cena y la fiesta fueron de lo más emotivas: besos, damas de honor llorando, declaraciones de amor, abrazos y sonrisas en los rostros de los allí presentes. Gracias Ali. Gracias Albert. Este vídeo y éstas fotografías tan sólo son el reflejo de la magia que se vivió allí…

Después de una larga tarde de fotos es imprescindible una buena recompensa. Y ¿qué mejor que su lugar favorito?